Diversificación productiva y agregación de valor en la pesca artesanal, como motor del desarrollo sostenible

Jorge Alvarez Lam

Oficial de Programa - Sostenibilidad Ambiental
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD Perú)

La actividad pesquera artesanal opera sobre recursos naturales renovables, y de por si es una actividad diversa, dinámica y compleja. Su análisis y gestión entra en la categoría de los sistemas socio-ecológicos, en los que las comunidades pesqueras se entienden como parte de la naturaleza; y el componente social refiere a todas las actividades humanas que comprenden economía, tecnología, política y cultura.

Consecuentemente, resulta incompleto abordar la sustentabilidad pesquera si no se abordan los aspectos económicos de las pesquerías, y por cierto los ambientales, tecnológicos, políticos y culturales. Chile y Perú han tenido presente esto por largos años, y han puesto a la diversificación productiva y a la agregación de valor en la pesca artesanal en el centro de las políticas pesqueras. Es así como el Perú cuenta por más de 30 años con el Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (FONDEPES), entidad que promueve el desarrollo integral de la actividad pesquera artesanal y acuícola, a favor de los pescadores artesanales y acuicultores; contribuyendo al mejoramiento productivo responsable y sostenible. En el caso de Chile, el Instituto Nacional de Desarrollo de Sustentable de la Pesca Artesanal y Acuicultura de Pequeña Escala (INDESPA), creado en 2018, fue el resultado de la fusión de dos fondos de apoyo a la pesca artesanal que venían operando por más de 30 años, y tiene por misión el fomentar y promover el desarrollo de la pesca artesanal, de la acuicultura de pequeña escala y sus beneficiarios.

La institucionalidad que en ambos países se ha dado para apoyar el desarrollo productivo del sector pesquero artesanal o de pequeña escala, constituye un aporte al cumplimiento de varios de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, entre ellos al Objetivo 1 sobre el fin a la pobreza, al Objetivo 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico, al Objetivo 12 sobre producción y consumo responsable, y ciertamente al Objetivo 14 que apunta a conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. En efecto, la diversificación productiva y agregación de valor en la pesca artesanal es una herramienta clave para que la presión pesquera no aumente, al tiempo que se mantienen y se mejoran los medios de vida de los y las pescadoras.

Es por ello que el Proyecto Humboldt II cuenta con tres grandes grupos de actividades tendientes a facilitar la creación de nuevas oportunidades productivas para los pescadores y pescadoras de los sitios donde interviene (Pisco, Marcona y Atico en Perú; y Puerto Aldea, Torres del Inca y el tramo Caldera-Chañaral en Chile). Estos grupos de actividades se refieren a: (i) aumentar el valor de la producción pesquera, ya sea mediante un mejor posicionamiento de sus productos y/o mediante desarrollar nuevos procesos para productos más elaborados; (ii) diversificar sus actividades a partir de un enfoque de caleta donde se propicie y facilite la gastronomía y el turismo, mediante esquemas de asociatividad y encadenamiento productivo; y, (iii) diversificar sus actividades a través de facilitar e implementar el repoblamiento de especies y posterior captura (ranching) y/o la realización de acuicultura de recursos limitados o pequeña escala.

Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sabemos que las intervenciones que se logren efectuar por el Proyecto Humboldt II, en el ámbito de la diversificación productiva, no necesariamente va a producir cambios cuánticos a escala nacional y de manera inmediata, pero tenemos la convicción – y hacia eso apuntamos – de ser un catalizador de esos cambios hacia esquemas de producción pesquera más sustentables.

Mediante las diversas iniciativas que se desarrollarán de manera participativa e inclusiva en los sitios piloto, el Proyecto busca fortalecer a las pescadoras y pescadores, recorrer y documentar un camino hacia una transición socio-ecológica justa, que permita traer beneficios a las comunidades donde se implementarán las actividades, transverzalizar la perspectiva de género, rescatar los aprendizajes y promover el escalamiento por parte de los Estados de Chile y Perú, mediante réplicas de aquellas experiencias que resulten exitosas en otras caletas pesqueras. Ese es parte del rol del PNUD, contribuir con los países generando insumos de apoyo para la implementación de sus políticas conducentes al cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

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